lunes, 19 de noviembre de 2012

19. LAMENTO FRAILESCANO

Uno de los lugares en donde la gente de la Frailesca se divierte más, es en los velorios. Todo el mundo está contento... menos, claro está, los familiares más cercanos del difunto quienes se dedican a contar a grito abierto, entre sollozos y lamentos, todas las virtudes que tenía el difunto, sin que nadie se atreva a contradecir, a pesar de que el auditorio sepa que lo afirmado es pura y vil mentira. 

A veces, el doliente sostiene un monólogo en el que grita acerca de la falta que le va a hacer el difunto, y especifica exactamente el motivo de la nostalgia. 

Cuando falleció la tía Cristeta llegué al velorio para acompañar a la familia en su duelo, al verme la Chepina, única hija de la difunta, me abrazó y comenzó a gimotear: chula! 

—¡Ay, ay, ay, ay, Enriquito, se murió mi mamacita 

Luego volteó a mirar el ataúd abierto y empezó a preguntarle a su mamá: —¿Por qué te moriste mama?, ¿que no mirás que me vas a hacé mucha falta? Siguió preguntando: 

—¿Ahora, quién me va a hace’ tempranito mi desayuno? ¿Quién me va deci’, “Chepina cómo lo vas a quere’ tus huevito estrellado?, ¿lo vas a quere’ con la yema tiernita, o bien cocida?” ¿Quién me va a hace’ mis frijolito fritito con chilito de Simojovel, y unos pedacito de chicharrón de barriga? ¿Quién me va a deci’ ahora “Chepina, no le pongás mucha crema a los platanito frito porque vas a engorda’.” 

Y remachó: 

—Ahora, ¿quién le va a cantá al perico “turututututututu tutututu tutututu...” Volvió a preguntar: 

—¿Quién?, ¿quién? 

En eso, se dio cuenta que hacía falta servilletas en la mesa, cortó de tajo la lamentación, volteó a ver a su alrededor, localizó y llamó a una sirvienta, y le dijo en tono completamente normal e imperativo: 

—¡Muchachita, en esta mesa hace falta servilleta, traelo, a ver si te desatarantás!, ¿no? 

Volteó nuevamente la cara hacia mí, y retomó la pregunta: 

—¿Quién? 

—Mirá —la interrumpí—, yo te puedo deci’ que vas a engorda’, pero el desayuno se me hace que te lo va tene’ que hace’ tu marido. 

Chepina, me quedó viendo y sentenció: —¡Vel’este!, si serás zonzo ¿no? De repente llegó una comadre de la difunta, la Chepina la vio entrar, y bajando la voz le dijo a una pariente que tenía al lado: 

—Mirá, te voy a pedi’ de favor que atendás a la comadre de mi mamá, porque yo ya me aburrí de llora’, voy a descansa’ un rato, ¿viste?

1 comentario:

  1. 1. Una mujer en el mercado de Comitán vendiendo cabezas de puerco:
    -Lleve su rostro de coche, se lo damos con talento o sin talento-.

    2. Bien sabido es la gracia de los chiapanecos para poner apodos:
    El nuevo maestro a sus alumnos de quinto año:
    - Como se que me pondrán un apodo, les digo que ya tengo uno. Como ven tengo las sienes canosas y por eso me dicen "El zorro plateado"-
    -Pero maestro, si ya le tenemos uno- Dijo un alumno.
    -¿Y cual es?- Preguntó el maestro. A lo que el alumno contestó:
    -Le pusimos "El maestro cabeza de culo de tlacuache"-

    3. En alguna región de estado, se usa el "engordador" que es una especie de saco de tela tipo gasa, que se rellena con grasa de res, dándole una apariencia de una salchicha grande y que se sumerge por unos segundos en el caldo para espesarlo y se guarda para usarlo después.
    En una ocasión un niño llegó a la casa de la vecino y dijo:
    -Doña Mercé". Dice mi mamá que si no le presta usted su engordador para una metidita y una sacadita y que después se lo devuelve.-

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