viernes, 16 de noviembre de 2012

PRESENTACION CHUMUL DE CUENTOS


El fenómeno sociolinguístico que han suscitado y enriquecido los miembros de la Rial Academia de la Lengua Frailescana, nutre el bagaje idiomático cultural de Chiapas. Alrededor de esta agrupación muchos narradores orales tienen la paciencia, creatividad y curiosidad de ir recopilando anécdotas lugareñas, rescatando personajes, la mayoría por todos conocidos y con estos elementos recrean el habla coloquial de la Frailesca. Aquello que empezó como un juego de humor y nostalgia entre estudiantes que se encontraban lejos de su tierra natal, fue creciendo como todos saben, hasta tomar un gran impulso.

Ese impulso se debe a muchos factores, la participación de miembros destacados de la Rial Academia, el auténtico interés de la gente de la Frailesca por ver recreado su humor a través del lenguaje, y la limitada curiosidad de otros chiapanecos que no han propiciado el rescate de su habla regional.Este fenómeno ha hecho surgir otro muy interesante, el deseo de algunos de los recopiladores de anécdotas de dejar esta experiencia plasmada en el lenguaje escrito y de manera individual, cabe señalarlo puesto que la academia a la que ellos pertenecen, ha hecho libros colectivos como resultado de las reuniones anuales.

Enrique Orozco, médico veterinario zootecnista, destaca entre los narradores orales de este movimiento. Sus relatos orales son efectivos, ingeniosos y ricamente vestidos con el idioma popular de su comunidad. En cada una de las reuniones anuales, que se celebran el mes de enero, el público reunido –más de un millar de escuchas- espera su participación y la celebra.

En esta ocasión, Enrique Orozco, ha emprendido un nuevo camino en su práctica de narrador, mediante el tránsito de la oralidad a la escritura, al integrar su primer libro titulado Chumul de Cuentos.

La lectura de esta compilación nos ofrece la oportunidad de comprobar que no todo cuento oral funciona como cuento escrito; dicho de otra manera, las cualidades del cuentero no siempre permanecen en el quehacer del cuentista, sobre todo en los primeros relatos. El ingenio con que están construidas las frases de Orozco, su profundo sabor frailescano, el uso de su singular gramática, están ahí. Pero no logran integrar el cuento escrito, redondo y cerrado.

El libro está integrado por veintiocho textos y si el orden en que han sido colocados obedece a un criterio cronológico, como lo supongo, nos muestra el avance del autor desde su origen oral hasta su meta escrita.

Desde el relato veintiuno, “Pachucón, pachucón”, pasando por el excelente cuento “Pánfilo”, “Santaclós”, “El tío Chepe” y el magnífico “Tío Lacho”, Enrique logra que

sus historias tengan las cualidades de la narración escrita. Con estas líneas, doy la bienvenida a un logro más en los propósitos del autor.

Eraclio Zepeda

No hay comentarios:

Publicar un comentario